lunes, 28 de noviembre de 2011

Algunas ideas en torno a la Literatura Infantil y los criterios de selección de los libros

Si bien en un primer momento puede parecer claro a qué hace referencia la expresión Literatura Infantil, al indagar qué piensan los investigadores sobre la materia se puede observar que este término también guarda una gran complejidad por la cantidad de opiniones que se han vertido en torno a él. 

Pero, ¿existe una literatura para niños y jóvenes? Los debates, las polémicas y las discusiones generadas en torno a este interrogante a lo largo de la historia aún persisten. Instalado en el seno mismo de los responsables teóricos, todavía sigue generando una variada gama de respuestas que van desde las que minimizan o subvaloran la existencia de la Literatura para niños y jóvenes, hasta las que la consideran un “subgénero”, un género menor o directamente la niegan.

Dos especialistas de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Marcela Arpes y Nora Ricaud (2008: 14), la definen como “un recorte de la literatura identificable ante todo por el hecho de estar destinada a niños”. Se trata en realidad de un campo de la literatura nuevo, que, de acuerdo con la opinión de especialistas, comienza a gestarse en los años 60 y que en la actualidad ha adquirido la identidad propia de un género masivo, es decir de un macro – género que posee algunas características distintivas. 

Muchos consideran que la misma ocupa un lugar marginal con respecto a la literatura reconocida socialmente y que al tratarse de literatura infantil se desestiman obras y autores importantes, pues se la considera más didáctica que literatura, y se la ubica más en el terreno de lo efímero y pasajero que de lo artístico.

Otros autores consideran que  la literatura infantil es un género con límites muy poco definidos que se convierte muchas veces en depositaria de muchos clásicos descartados por el canon y que muchas otras veces se encuentra tiranizada por estructuras de poder, dentro de las que consideramos que se podría incluir a los órganos ministeriales, las editoriales y las escuelas, que han dicho qué y cómo leer, estableciendo una especie de moral que acompaña a todos los textos literarios.

Como se observa, estas dos últimas ideas permiten vincular al tema de la LI con otros que hemos considerado hasta el momento como por ejemplo el de la literatura didáctica, con esa concepción pobre y restringida de lo que es el texto literario o el de la selección del canon y sus intencionalidades ético – políticas. Desde nuestra perspectiva se considerará a la literatura infantil como un producto histórico social destinado a los niños y que se encuentra determinado por factores pedagógicos, culturales y filosóficos en distintos momentos históricos.

Como se trata de un “fenómeno” y de un verdadero boom del marcado editorial, numerosos especialista han pensado en criterios que permiten caracterizar a una obra de literatura infantil y que son de gran utilidad para poder desarrollar más la definición que adherimos en este trabajo y que concuerda con el pensamiento de las autoras citadas. Estos criterios son:

- Estéticos: este criterio guarda relación con el nivel del lenguaje usado, con la función estética.

- Pedagógicos: en este intervienen tres aspectos de importancia que dan cuenta de la especificidad, por un lado el nivel de lengua en el texto infantil y por otro, la mirada que posee el escritor y el editor sobre la infancia. Con respecto al primero hay que señalar que el uso de la lengua adecuada es fundamental pues puede provocar un acercamiento o un alejamiento del lector infantil con respecto al texto. Esto no significa minimizar el lenguaje utilizando diminutivos, términos de circulación vulgar o invocando la falta de comprensión lectora, sino que guarda relación con la estructura de las oraciones y con el uso de una sintaxis adecuada. En relación al segundo, la mirada de la infancia, tiene que ver con el conocimiento de la psicología del niño y de sus esquemas de pensamiento, y con el hecho de convertir en una rasgo de estilo la forma singular que tienen los niños de mirar, de relacionarse con el mundo y de expresarlo de una determinada manera. 

Lo que lo que caracteriza a la literatura infantil no es el hecho de presentar una versión del mundo al nivel cognitivo del niños, sino en haber convertido en una forma de estilo la manera particular que tienen los niños de mirar el mundo.

Otro aspecto que se incluye dentro del criterio pedagógico tiene que ver con el uso de la imagen y con lo paratextual en la obra literaria. En la literatura infantil la imagen juega un lugar muy importante, pues no es un simple acompañamiento sino que está cargada de significado. Existen tipos de libros para niños llamados libro álbum que se caracterizan por la relación entre palabra e imagen, en los que las implicancia son mutuas y no se puede entender uno sin el otro. Este es un género único en el cual el doble carácter verbal y visual forma una unida estética.

- Ético y socioculturales: como toda escritura, la literatura infantil es producto de la subjetividad y no es inocente. La especialista en literatura infantil Lidia Blanco sostiene que los libros que se pueden incluir dentro de la categoría de infantil reflejan, al igual que cualquier otro texto literario la mirada de un adulto sobre las cosas del mundo, ya que siempre estará presente la visión del escritor sobre la sociedad, sus costumbres, sus creencias y sus utopías. El siglo XXI encuentra a la sociedad humana transitando terribles guerras, dolorosas situaciones de exclusión y de marginamiento de grandes sectores de hombres, mujeres, niños y niñas. Puede parecer pueril pensar que los libros de literatura resulten una herramienta útil para cambiar el mundo. Pero, sin dudas, ayuda a pensar las representaciones culturales, los vínculos, la construcción de la familia, las situaciones de injusticia, de crueldad y de violencia. Sin dudas, toda selección literaria (al igual que el texto que la posibilita) es ideológica y el docente no debe dejar ese aspecto de lado.

Frente a esta opinión que le da a la literatura infantil un estatus personal, otros autores desconocen su existencia y sostienen que lo que existe es la literatura y que los niños se pueden sentir atraídos por cualquier libro sin importar si fueron pensados como destinatarios. 

Por ejemplo Nievas (1995) al discutir acerca del adjetivo que acompaña a la palabra literatura cuando se hace referencia a la infantil afirma que el establecimiento de un género literario de acuerdo al tipo de receptor no es algo apropiado dentro de la teoría literaria y que no se observa que exista una literatura para viejos, para mujeres jóvenes o para hombres maduros. Dicen algunos que si se desea añadir el adjetivo infantil a la noción de literatura eso se debe hacer siempre que una obra literaria es elegida por los niños. Manifiestan, no desacertadamente pero sí desconociendo lo dicho hasta el momento que cuando un niño solo o un grupo de alumnos en la institución educativa se dirigen hacia una biblioteca, no van a mirar sólo los libros ubicados en el sector de literatura dirigido a ellos, sino que se podrán sentir atraídos por cualquiera de los libros que se encuentren en los estantes.

Para reflexionar este tema dejo la dedicatoria de El principito, de Antoine de Saint- Exupéry:

"Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor.Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor puede comprender todo; hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que toda persona mayor fue en otro tiemmpo. Todas las personas mayores han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan). Corrijo pues, mi dedicatoria:

A León Werth

Cuando era niño
".


Atentamente,






EL BÚHO ALFABETO